El nombre del Blog

Bueno en términos místicos, el día viernes para algunas religiones, tiene una connotación sagrada, especialmente en semana santa debido a que es el día en que se recuerda la pasión, crucifixión y muerte de Jesús. Pero el nombre de nuestra columna no tiene nada que ver con los viernes santos que la iglesia pregona con el silencio sacro que hemos aprendido a respetar los católicos desde nuestra niñez.

En contrapartida, hoy día esos viernes santos se utilizan para despejarse, relajarse y pasar en familia aprovechando el largo feriado, para aquellos que hayan optado por no acompañar el calendario litúrgico de su parroquia. Por el contrario, los más osados optan por un esparcimiento más de jolgorio, incluyendo bebidas espirituosas, paseos de turismo interno, bailes de todo tipo y aun más, en los escenarios más inhóspitos y ocurrentes como el capot de un automóvil.

Más allá de toda la discusión que los padres y la sociedad de la ciudad elegida para tales menesteres cuestionen; debemos mencionar que a esto tampoco se refiere nuestro blog.

No obstante, sin hacer analogía y directa al jolgorio de los viernes mencionados, se desprende que nuestros días en cuestión son simples manifestaciones telúricas de mujeres de veintitantos, que deciden abrirse al mundo explorando diversión. Sana y llana diversión. Pero además de buscar aventuras por doquier, de estas mujeres surgen ciertas interrogantes que quiérase o no son las frecuentes preguntas que todas nos hacemos en algún momento de nuestras vidas y que generalmente el contexto utilizado son esos viernes, nada más!.

Por ende, esta columna, blog diario, o como quieran llamarla no cuenta con las respuestas a la infinidad de preguntas que se hacen a diario las mujeres de veintitantos, y más en esos “viernes sagrados”.
Las chicas de veintitantos, más bien desean proyectar un poco, las manifestaciones que a esta edad, cuando una es considerada adulta para ciertas cosas, y “pendeja” para otras, se cuestionan.

Es por eso que me atrevo a invitarl@s y me animo a compartir con ustedes lo que hemos llamado “Los viernes son sagrados”, para debatir, discutir y criticar los temas que por indiferencia, falta de tiempo, tabú o todas las anteriores, son temas que no deberían faltar en esos largos divagues trascendentales que se pueden dar en un viernes cualquiera.

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