Viernes de nómada...


Se han sentido alguna vez como nómadas en su propio entorno? Son esas ocasiones en que nos movemos para todos lados y no conseguimos llegar a ningún punto en especial.

Esa sensación he estado sintiendo hace ya varios viernes! Y los lectores dirán, qué te sucede? Es que ya los viernes no son sagrados para tí?

Me explico: desde que me mudé a las afueras de Asunción, los viernes han dejado de ser necesariamente “sagrados”, y pasaron a ser obligados en el sentido de que sí o sí debía organizar algo para que mi viernes no pasara desapercibido en términos fiesteros. Entonces, he tenido que deambular por varios lares, como una nómada, evitando llegar temprano a mi hogar, con la excusa de que si llego a quedarme en casa ya no salgo, culpándole a la fiaca para no decir, manías de la edad.

Pero como siempre, Lalita, en esos días me prestaba, muy amablemente su casa, para pasar las horas libres luego del trabajo y luego de “morir” en el gimnasio, y así esperar que cayera la noche para enfilar a la “farra” o “salir de marcha”, como dicen por España.

El caso es que uno de esos viernes nómadas me detuve a pensar: será que de tanto ansiar que los viernes mantengan su condición de “sagrados” me olvido de la verdadera esencia que encierra el día?

Diversión, si señores. Los viernes sagrado están cargados de diversión, o por lo menos pienso, así debería ser.

Buscar qué hacer un viernes se ha hecho tarea difícil, y no por ausencia de buenas propuestas tanto en lugares, como de amig@s..., sino porque a veces buscamos demasiado sin saber precisamente qué es lo que necesitamos. Perdemos entonces la esencia de la diversión.

Divertirse hoy en día es sinónimo de destrucción, tanto en los jóvenes como en adultos. Lo cual se ha convertido también para mi en una ruleta rusa, teniendo que sortear lugares donde quedarme a dormir para no conducir luego de una noche de viernes sagrado, y para no toparme con un/a irresponsable que conduce al máximo, y cuya única preocupación en ese momento es no desperdiciar ni una gota de la botella que lleva apretada a la mano, la cual debería estar en el volante.
Es una pena que los valores aprendidos en nuestros hogares, hoy sean vistos ante la sociedad “moderna”, como antivalores y que los modelos de vida sean propuestos por las mismas autoridades a través de su conducta poco ética, (como es el caso de la Fiscala, quien deberá pagar una multa de más de 1 millón de guaraníes, por haberse encontrado en su cuerpo, un alto nivel de alcohol, tras el examen de alcotest?) La misma, queriendo valerse de sus fueros para evitar grandes multas por conducir en estado de ebriedad, no hizo más que el ridículo ante las cámaras de la prensa, perdiendo así lo poco que le quedaba como persona, la dignidad.

No quiero llegar a eso, no quiero ser parte de la sociedad divertida y que un viernes sagrado se me convierta en fiasco.

Prefiero de ahora en más dejar de ser nómada y quedarme en casa navegando en internet o tratando de mejorar mis escritos en el blog. Claro, que con una buena copa de vino y una historia, haciéndome compañía.. Lo intentaré.

No hay comentarios:

Publicar un comentario