Viva la Vida!


Todavía no me repuse del estado de gracia, o mejor dicho de la adrenalina, por el sensacional concierto que Coldplay dio en Baires y del que fui testigo el fin de semana pasado.

In-cre-í-ble! Así nomás empezó a sonar "Live in Technicolor", con un escenario fantásticamente equipado y decorado con varios fondos, como el del planeta tierra que alumbraba todo y daba la sensación de estar observándola desde el mismo espacio! Luego VIVA LA VIDA, con fondo negro y letras azules. Pero antes, el fondo presentaba un lobo aullando, que representaba a las teloneras Bat for lashes, un grupo compuesto netamente por mujeres

Por lo visto, Chris extrañaba a la Argentina, ya que con Violet Hill cantó “If you are from Argentina, won't you let me know?". Continuaron con "Clocks", "In my place" y "Yellow", y así tratando de ver algo, captar lo que se podía con la cámara prestada y confiada por el Gallo, pude apreciar las luces y los fuegos artificiales, que hacían del show aún más espectacular.

Como les comentaba en un mail a los Innombrables, en un momento dado, la noche se volvió cold, ya que se vino una fría garuíta, pero pasó enseguida. Lo triste fue que como siempre yo casi no pude ver nada desde donde estábamos, por mi condición de "inspectora de zócalos". Claro, no iba ser lo mismo si nos hubiésemos quedado adelante mismo, donde empezamos al entrar al estadio, pero como estos/as pibes/as son "taaaaan pilas", y creían que ponerle onda, era dar unos empujonazos y apretones que hacían saltar y desorbitar hasta mis ojos, decidimos con Lalita que iba ser mejor y más "sano" salir de la hinchada, que pensaba que estaba en un concierto de ACDC, OMG!

Así que, cual bellas doncellas, fuimos socorridas por los guardias que custodiaban el sector VIP, quienes nos sacaron en “upa”, de entre la masa eufórica Riverplatense y, correctamente nos mandaron de vuelta a la cola!..

Igual valió la pena, ya estábamos allí, era lo que importaba. Vibramos y saltamos con cada tema, nos daba “pirí”, y era de no creer que allí nomás a metros, se encontraban nuestros ídolos, compartiendo el mismo estadio y coreando con nosotras oh oh oh oh oh oh oh de Viva la Vida..!. Escuchando ahora se me abre el corazón y me inunda una extraña sensación de placer, melancolía y alegría, ojala pudiera volver a beber del cocktail de devoción.

Una alfombra de estrellas hig tech se ondula en Nuñez cuando Martin arenga a su público para que hagan la famosa ola futbolera mostrando la luz de las pantallas de sus celulares. Y también cuando estrena la canción Don Quijote (de su próximo álbum) en cuya letra se luce un olee olee olee oleee localísimo. El perfil "políticamente correcto" del cuarteto no se pierde en discursos y hechiza con su arte: Coolplay. (Clarín)

Sin lugar a dudas, valió la pena las más de veinte horas de viaje hasta la capital mundial del Tango. Tal es así que aprovechamos para conocer Caminito, y de paso admirar la sensual danza que tanto evocó Gardel.

Además de turistas bien identificados entre, brasileros, yankis, varios argentinos que no son de la zona, y unos que otros camuflados paraguayos, vimos también que las calles argentinas no se escapan de la fusión internacional y la mezcla de diosa y pantera de distintas nacionalidades como ser la boliviana y la cubana. Hallamos muchos de ellos en los distintos comercios de la zona céntrica y también en el Hotel en el que nos alojamos, en Flores.

También conocimos el lado chick de la ciudad, y oh sorpresa! Por supuesto paseamos por Puerto Madero, conocida como la zona High total, top, cool de Baires. Cabe destacar que en todo momento fuimos guiadas por nuestro amable amigo Emilio, que además de ser estudiante de Turismo, conoce bastante su ciudad, lo que hacía de nuestro paseo mucho más interesante.

Paseamos por la 9 de Julio, clic acá, clic allá tratando de captar las imágenes desde cada ángulo, que pudiera quedar para el recuerdo y por qué no para los incrédulos de que este viaje se haya realizado, por decirlo de una manera, para los envidiosos, por las dudas…

En todo momento me sentí lejos de casa. Eso es bueno, porque a cada paso que daba extrañé y valoré más a mi tierra, y el saber que iba a volver me dio nuevas esperanzas. Me enorgullecí al saber que muchas personas allí conocen de Paraguaya, y entre ellas, la conserje del hotel, quien me contó de su gran deseo por aprender la lengua guaraní y conocer Paraguay.

Paseando por esas grandes avenidas, y a en el mismo subte, la sensación de extrañamiento se confundía con el de claustrofobia y al encontrarnos con paraguayos tan mimetizados con la cultura de la zona, nos preguntábamos cómo pueden esas personas estar tan lejos de su país, de su cultura, de sus familiares y amigos? Bueno, cuando hay necesidad en tu país y en el que no encontrás oportunidades, o mejor dicho, el Estado no se ocupa de dar las condiciones necesarias para una vida digna, eso es lo que sucede..

Y así la vida continúa su curso, y hay que vivirla, entonces viva la vida!...

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